Con cinco pesos en la bolsa
y un par de mentiras sobre mi espalda
me doy cuenta
que mi converse izquierdo tiene mierda en la suela
Pero ¿qué importa mientras huela bien?
Paso la vida a paso
inundado de ideas oprobias
a una velocidad de muertes por segundo
atrincherado en la esquina
contando los centavos
para completar la escasa inmundicia de las noticias amarillistas
De la nada me invento recuerdos
como cuando Disney se inventó a Mickey
o Stan Lee tejió a Peter Parker
Me invento recuerdos
con la simple intención de tener compañía
Hablar y no me juzguen de loco
aunque a estas alturas
la locura es tan indispensable
que el seguro social se hace millonario con las cuotas de pensión
A mediación de cuadra
la vida se vuelca en prostitución de oferta y demanda
suicidas ahorcados con tiras de propaganda
porque es más barato publicitar de voz en voz
que la marihuana puede ser legalizada
a pesar de las protestas de los pachecos
para que no se considere producto de la canasta básica
y siga costando los mismos cincuenta pesos al menudeo
Siempre a las horas del mediodía
salen los demonios de mi calcetín
emputados con la irritable sensación de sudar
apestando junto al señor de al lado
mientras le doy una mordida al taco de pastor de a peso
ahora medito sobre la economía y
jamás supe cómo regatear la esperanza
Al minuto cincuentaytres de lo que llevo caminando
suena en un tono bajito:
“come together right now over me”
Justo cuando emboscan una camioneta con familia abordo
secuestrando la infancia de los niños
y la poca tranquilidad que conservaban los padres
Vuelvo la vista al suelo
con la grandísima sorpresa
que el perroguía del peatón ciego
hizo su gracia antes de dejar mis huellas sobre el pavimento
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