domingo, 12 de enero de 2014

Cabrito a la griega. Cuando los silencios tocaron mi hombro.





estoy a punto de escupir mis histerias
sé que la cordura la perdí hace tres días
no tengo el remedio para mi locura
me hinco y confieso que soy
¡entiendan!
los silencios andan a gatas
al acecho
repitiendo la estrategia cada noche
hasta morderte la yugular
sangrar por instinto
dar el beso de judas posfechado
me gusta pensar que nadie tiene el control

¿hablar de la muerte
cuando ella
hijaeputa
me deja con el pito parado?

quisiera tener las palabras bajo el brazo
anudarlas
inventar sonrisas sólo por vivir
no soy de esas personas que son buenas
yo ando por aquí
paseando
esta vida y sus ironías

todavía creo en lo que puedo suceder
las hormigas caminan a tiempo
llegar es el punto
pasearme sin correa
puede ser algo peligroso
yo te digo
acaríciame los huevos con tus uñas
no puedo ser más educado
cuando la sangre hierve
la soledad te pica el culo

no quiero hablar mal de la vida
pero qué cachonda

acepto mi borrachera
casi como aceptar que caminar es apenas el principio
me niego a confesar mi oscuridad
bastante tengo con amar

ahora tengo que terminar
no por voluntad
sino por necesidad
a veces el tantra no tiene las respuestas
sigo jugando a la ruleta rusa
los sueños se evaporan para renegarlos

cada que intento respirar
buscando más alma que humo
me doy tres palmadas en la espalda
con la certeza de echar un poquito de sal a las heridas
que derraman mis ojos
es bueno saber que el diablo también se calienta

intento quedarme callado mientras todos duermen
pero todavía pienso




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