para que las hormigas no se coman sus sueños
mientras tanto la hermana se masturba
en el cuarto de al lado con un vibrador sin pilas
En el patio quedaron los gises
sembrados en las orillas con un poco de cemento
Y el primo susurra a la primita
que lo deje salvarla del demonio que lleva entre las piernas
un padre nuestro y un ave maría
no son suficientes ante terrible situación
Las tortillas de harina
se queman en el comal de la abuela
así como se quemaron las palabras
cuando te acercaste a pedirme un silencio
El día se oculta en tus brazos
El tiempo trepa la azotea
Ahora sólo queda sentarse en la mesedora
para sentirse seguro de que el viento se acuerda de uno
y de los otros que siguen jugando a ser racionales